¿Reciben los niños una educación escolar apropiada para su edad?
En el diario devenir de la educación primaria, piénsese en una clase cualquiera de un grupo de casi 30 pequeños de entre 7 y 8 años, prima la educación tradicional debido a lo siguiente:
1. Condiciones del entorno:
- Mobiliario inadecuado para el fomento del trabajo en equipo (carpetas unipersonales con organización tradicional)
- Espacio reducido (aula pequeña si consideramos la cantidad de alumnos)
- Nivel de iluminación deficiente (considerando la luminosidad promedio de una ciudad como Lima durante la temporada de mayo a agosto)
- Poca claridad de las imágenes proyectadas (PPT)
2. Propuesta pedagógica y manejo de contenidos:
- Clases expositivas centradas en el trabajo individualizado del estudiante más que en el trabajo cooperativo
- Sesiones de clase, si bien con inclusión de contenido audiovisual, pero que promueve más la memorización que el pensamiento crítico
- Fomento del aprendizaje enciclopédico antes que el desarrollo de habilidades blandas
- Escasa actividad física
- Currículo centrado en materias tradicionales que no consideran la etapa del desarrollo del niño
- Escasa importancia del componente lúdico y artístico como mecanismo de intervención pedagógica
En este contexto cotidiano en que se desarrollan los aprendizajes, se solicita a los padres de familia ayudar con la preparación de los estudiantes para un evento (único en el año) en el que, divididos en grupos según áreas del conocimiento, los pequeños tendrán poco más de un minuto para exponer un subtema del área que le corresponde (Comunicación, Matemáticas, Ciencias, etc., etc.).
A modo de reflexión:
- ¿No sería mucho más apropiado que los pequeños, en el diario devenir de sus actividades dentro del colegio, tuvieran más oportunidades de desarrollar esas "cualidades" o competencias que les serían de gran utilidad no solo durante su etapa escolar, sino a lo largo de sus vidas?
- ¿Acaso el juego, así como las diversas actividades artísticas (teatro, danza, clown, etc.) y las tantas disciplinas deportivas no son medios por excelencia que, de modo ameno y nada forzado, permiten desarrollar diversas habilidades y competencias en los más pequeños al mismo tiempo que fortalecen no solo su desarrollo mental, sino también su desarrollo físico y sus habilidades interpersonales?
- Siendo tantísimos los beneficios de implementar una educación más contextualizada (acorde a la etapa de este grupo de escolares entre los 6 y 8 años, si consideramos el primer y el segundo grado de primaria), ¿por qué no es norma que el currículo escolar se adecúe a las necesidades reales de los pequeños y les brinde una real posibilidad de crecimiento emocional, artístico, físico e intelectual?
- ¿No sería más "lógico" preparar a los más pequeños, a través del arte, el deporte y la música, para insertarse de modo más exitoso y gradual a una educación (desde los 8 años en adelante) un tanto más compleja (hablando en términos de conocimientos o habilidades duras)?
- ¿Basta con que los docentes manejen tecnologías de punta o incluyan contenido audiovisual en sus clases para considerar que nos encontramos frente a una propuesta pedagógica innovadora y que promueve el pensamiento crítico antes que el aprendizaje memorístico?
Mientras unos más que otros validen o, en su defecto, rebatan estas preocupaciones, cientos, miles de pequeños siguen siendo sometidos a una educación descontextualizada para la cual el infante no lo es en realidad: es más bien un adulto en miniatura que debe aprender a mantenerse largas horas inamovible, quieto, silencioso, aprendiendo de paporreta contenidos que a lo largo de los años irá olvidando, ya que ese es el destino del aprendizaje memorístico. Del mismo modo, todo ese tiempo en que se privilegió un tipo de educación adultizada para niños que requerían otro tipo de abordaje pedagógico se habrá convertido en tiempo perdido, toda vez que pudo haber servido, más bien, para el desarrollo de habilidades blandas y el privilegio, eso sí, del desarrollo de competencias referidas a la lectoescritura y a las matemáticas básicas (en su real dimensión).
Consideración aparte, por supuesto, merece el hecho de ser clara respecto al hecho de estar refiriéndome a una escuela privada o a una gestionada por el Estado. En este caso en específico, estoy refiriendo una experiencia con la escuela privada (y aquí sí soy consciente del terreno que voy pisando por demasiadas razones, intereses, complejos e idiosincrasias). No tengo mayor proximidad a la primaria estatal en términos reales y concretos más allá de las referencias generales que como ciudadana y maestra (de otro nivel educativo) puedo llegar a tener.
Lima, 11 de junio de 2024
(Imagen tomada de la web)
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